domingo, 25 de abril de 2010

Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

"El testimonio suscita vocaciones". Ése es el lema que se ha propuesto para este año por S.S. Benedicto XVI.
La fecundidad de la propuesta vocacional, en efecto, depende primariamente de la acción gratuita de Dios, pero, como confirma la experiencia pastoral, está favorecida también por la cualidad y la riqueza del testimonio personal y comunitario de cuantos han respondido ya a la llamada del Señor en el ministerio sacerdotal y en la vida consagrada, puesto que su testimonio puede suscitar en otros el deseo de corresponder con generosidad a la llamada de Cristo.

En el Antiguo Testamento, los Profetas ya eran conscientes de estar llamados a DAR TESTIMONIO con su vida de lo que anunciaban.


El Papa Juan Pablo II nos decía: “La vida misma de los presbíteros, su entrega incondicional a la grey de Dios, su testimonio de servicio amoroso al Señor y a su Iglesia —un testimonio sellado con la opción por la cruz, acogida en la esperanza y en el gozo pascual—, su concordia fraterna y su celo por la evangelización del mundo, son el factor primero y más persuasivo de fecundidad vocacional” (Pastores dabo vobis, 41)

Se podría decir que, muchas veces, las vocaciones sacerdotales y religiosas nacen del contacto con los sacerdotes y religiosos, quienes con su ejemplo, palabras y con su vida entera dan a conocer el Amor de Dios.

Aprovechemos esta jornada, y recemos por todas aquellas personas que han dado su SÍ a Cristo, dejándolo todo para anunciar su Amor a los demás. Recemos por nuestros seminaristas, por los novicios y las novicias y por todos aquellos jóvenes que se cuestionan el llamado al Sacerdocio o la Vida Consagrada.

Necesitamos Sacerdotes y Religiosos Santos, que estén dispuestos a renunciar a sí mismos por bien de los demás... Acompañemos a estos jóvenes con la oración!!!


«Ven y sígueme, y mar adentro hecha ya tus redes.
Ven y yo te haré, Pescador de hombres.
En tus Palabras echaré mis redes,
dejó mi barca y donde quieras iré.
Tu me llamaste, Señor, por mi nombre,
y sólo a Tí, Señor, te seguiré»
Jesucristo ha Resucitado... Verdaderamente ha Resucitado

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