Hay que encender una luz por pequeña que sea,
Aunque tengas la noche en los ojos y el alma reseca.
Uno siempre sabe que la paz sobrevive a la guerra,
y que sirve decir tu verdad aunque nadie la crea.
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Hay una hoja esperando que escribas en ella,
y detrás del teléfono alguien que sufre tu ausencia.
No te quedes ahí mezquinando tu grano de arena,
porque todos veremos tu luz por pequeña que sea.
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La madrugada puede más que la tormenta,
y el color de la mañana en el borde de la cama se sienta.
Es la vida y la muerte lo que en este juego apuestas
cuando sales a la calle sin miedo pateando las piedras.
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Hay que intentar el amor aunque el odio no ceda
porque el tiempo perdido se paga con la misma moneda
y si quieres que juntos lleguemos a ser una hoguera
es preciso que enciendas tu luz por pequeña que sea.
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¡Jesucristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado!
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